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11 feb 2012


Vanidad y engaño en el amor admirativo
Por Orlando Oviedo *


“Todas las ambiciones son lícitas, excepto aquellas que trepan
por encima de las desgracias o credulidades de la humanidad”
Joseph Conrad


Siguiendo la característica del artículo anterior (publicado en Psicología CCA Web magazine No. 4) esta vez hablaremos de la forma en que se desarrolla el amor admirativo propio de las personas vanidosas.
Es un amor narcisista, es decir, la persona se ama a sí misma pero requiere el amor de los demás para sentirse validada, esto cuando su carácter va deteriorándose; cuando se encuentra sano, el individuo deja de adorar su propia imagen, y es entonces que los demás comienzan a admirarla ya sin restricciones ni por temor pues ha dejado de hostilizarlas y controlarlas para conseguir la adulación que su fijación del ego requería; es entonces que se transforma en fuente de motivación al crecimiento  en su entorno como líder que ha dejado atrás la presentación de una imagen distorsionada de sí mismo para convertirse en lo que realmente es, con todas sus capacidades y actitudes, ya sin la mente dormida propia de la caracteropatía.
Deteriorado, vivía para mostrar a los demás lo que estos necesitaban ver de la persona vanidosa, ya sano no vive para complacer a los otros camuflajeándose como camaleón para quedar bien.
Por otro lado deja de tener la compulsión por ser admirado únicamente, dejan de lado el “a mí no me ames, respétame”, deteriorado, es el tipo de persona que calienta el boiler pero no se mete a bañar, es decir, le basta con que los demás lo admiren, no necesita concretar las relaciones hasta el acto sexual, por ello a veces se les llama la “belleza fría o de hielo” de “mírenme pero no me toquen”, bellezas glaciales que se contentan únicamente con tener admiradores, cuando se van integrando dejan de vender su imagen de sex symbol para bajar a tierra y amar de manera altruista y sin engaños. Entonces se les quita el carácter mercantilista de promover su propia imagen para comenzar a amar profundamente, y como son eficientes pues su amor también lo es, aunque ya sin neurosis.
La persona que no sabe leerlos se les acerca amorosa y/o sexualmente siguiendo la imagen que el vanidoso proyecta, entonces el enamorado sigue un espejismo y no algo real, muchas veces lo que siguen es el objeto o proyecto de la persona vanidosa, por ejemplo, si es músico de rock, las grupies lo seguirán no por su esencia sino por su música creyendo que su música es todo lo que él es, igual pasa con el empresario exitoso o el escritor que busca un status social.
Posiblemente tendrá múltiples relaciones pero éstas estarán basadas en la falsedad ya que son producto del engaño, pero a veces ni la misma persona vanidosa se da cuenta de esto, cree ser benevolente con los demás siendo en realidad un tirano camuflajeado.
Es de los tipos de personas que más necesitan la atención de los demás, ya que viven para los otros y no para sí mismos, entonces viven una paradoja porque siendo el tipo más narcisista y egocéntrico es precisamente el tipo que más necesita atención de las otras personas.
Puede fingir orgasmos ya que le interesa que la otra persona le admire, también se puede comportar de tal manera que su relación se vea perfecta, vivir para las apariencias es su sino, entonces sus relaciones amorosas pueden verse como exitosas de acuerdo a los valores culturales del individuo.

Mírame pero no me toques.

Pensamiento propio de la conducta histérica. Su creencia falsa es que serán felices si son admirados por los demás, esto los lleva a la trampa de la eficiencia para relacionarse, es decir, invierten todos sus recursos para conseguir el amor admirativo de los otros, así como para ellos mismos tenerlo. “Espejito espejito, ¿quién es la más bonita?”, esta frase de la bruja malvada es propia de estas personas cuando están deterioradas, y cuando no tienen la belleza que anhelan se encargarán de bloquear a quien sí la tiene a través de la envidia maliciosa.
Y esto es porque en realidad estas personas no creen en el amor, para ellas el ocultarse, disfrazarse, seducir y hacerse deseables es una estrategia para evitarlo, porque el amor los desenmascararía; por eso son auto controlados, mesurados y sobre todo intentan controlar al otro, es una manera de dominar la relación y al amante; únicamente pueden entregarse apasionadamente ante quien logra dominarlos, pasan del sadismo al masoquismo ante la persona que los avasalla, es por ello que encontramos personas que son dominadoras en todos los aspectos de sus vida menos en su relación amorosa, en ésta son dominados, alguien tuvo que conquistarlos, literalmente, y ante el conquistador logran desvelar su ser, se les cae la máscara.



El hombre invisible
Un tanto irónicamente diría que este personaje deteriorado es como el hombre invisible, porque tiene que ponerse algo para ser visto ya que no tiene la capacidad de valorarse por sí mismo, los otros son quienes lo validan, pero cuando se da cuenta que ha sido un contenedor vacío que ha llenado con las expectativas del otro puede ser un golpe muy duro para su ego, por eso evitan la introspección; casi nunca los va uno a encontrar en la consulta psicológica o en los talleres de desarrollo humano, y si llegan a ir es para resolver la vida de alguien más porque la de ellos es perfecta, esto es porque son positivos y tienen elevada autoestima. En el campo del amor sucede algo parecido, son invisibles hasta que el otro los ve. Son como la herramienta, no sirve hasta que alguien la utiliza; a medida que se llenan de los satisfactores que su ego reclama se van llenando de pobreza, por cada capa de maquillaje es una capa menos de sí mismos, y la persona que los llega a amar muchas veces no se da cuenta que en realidad está amando estas capas falsas, un oasis en medio del desierto, pero esto es muy difícil de ver por las personas ya que esta clase de individuos representan el arquetipo de la persona exitosa propia de nuestras culturas.

* Eneagramista, traductor de francés-español, escritor de poesía, ensayo, narrativa breve y letrista de canciones; activista social y gestor cultural, especialista en economía solidaria, ha dado clases en la Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad Iberoamericana,  Alianza francesa, actualmente imparte pláticas y talleres sobre el protoanálisis y coordina el Centro Cultural CCA en la ciudad de Puebla.


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